Nomade Tulum: arquitectura conectada con la naturaleza
Al sur de la Riviera Maya, en la provincia de Quintana Roo, en México, se encuentra un lugar paradisíaco pensado para recargar la energía en comunión con el entorno. Aquí, el diseño juega un rol esencial.
Cada vez más, necesitamos espacios que nos inviten a desconectar. Salir de la rutina, tomar un descanso de las redes sociales, alejarnos de los pendientes de trabajo y del ruido de la ciudad puede ser un verdadero lujo. Así, al menos, se plantea en Nomade Tulum, un hotel en el que el bienestar y la elegancia se funden en un solo concepto.
Desde el primer momento, Nomade Tulum juega con los cinco sentidos. Busca conectar mente, cuerpo y alma a través de experiencias estimulantes a nivel sensorial: vistas espectaculares, aromas relajantes, sonidos armoniosos, texturas rústicas y, claro, sabores únicos en su propuesta gastronómica de cocina holística.
Estar inmerso en un paisaje exuberante como el de Tulum ofrece una sensación de escape, purificación, meditación. Pero específicamente en Nomade, todo esto se combina con infraestructura de lujo y una permanente oda al placer. La arquitectura ha sido concebida para vivir el retiro, pero también entregarse al goce gracias a la exquisitez de sus detalles finos, pero sin llegar a la ostentación.
El espacio del desayunador, por ejemplo, está en un área abierta. Sobre la arena se superponen suntuosas alfombras persas; los tableros de las mesas exponen sin pudor la madera quemada por el sol. Los asientos son amplios puffs con patrones de aire tribal y, por encima de todo, en lugar de toldo se extienden unos típicos telares maya.
La piscina principal, por su parte, está completamente construida en concreto, y se encuentra rodeada por una plataforma de madera rústica, dispuesta en forma de tablones de gran dimensión. Nuevamente, con este acabado se busca generar una sensación de estar en un entorno salvaje, por lo que el material expuesto al sol ha adquirido un color grisáceo y una textura particular. Todo resalta con el verde brillante de la vegetación que circunda.
Lujo sin alardes
Además de las habitaciones y suites, Nomade Tulum ofrece dos tipos de experiencia de alojamiento especialmente seductoras. La primera son las tiendas, que invitan al huésped a disfrutar del glamping, que no es otra cosa que un camping con glamour. La segunda son las treehouses o casas en los árboles, diseñadas para dormir un paso más cerca del cielo.
Las carpas de las tiendas están hechas en lona gruesa, un material sumamente resistente que nada tiene que envidiarle a los muros convencionales. Todo está cubierto por palmas y enmarcado por bastidores de madera. El interiorismo combina materiales crudos amalgamados con la naturaleza, con acabados de lujo como ropa de cama premium, mobiliario confortable, patios interiores privados y una cercanía envidiable con el entorno.
En todas las instalaciones, la iluminación es extraordinariamente tenue, como para invitar al huésped a conectar con los ritmos del sol. En cuanto a los muebles en las zonas comunes, como el comedor, si bien la ergonomía no es la prioridad -los puffs y sillones son más para recostarse que para sentarse a comer-, se entiende que todo está proyectado bajo el concepto nómade, de la impermanencia, como si fuera una instalación efímera en la que no se establecen raíces.
La decoración ecléctica armoniza sillas mexicanas, elementos africanos, audacia en el color con tonos encendidos como el turquesa y patrones de animal print. Los rombos tribales se mezclan con la estética maya.
En pocas palabras, Nomade plantea un sincretismo cultural desde la estética, que tiene como base lo ancestral. Todo ello con el telón de fondo de una arquitectura que respeta y honra en entorno, para desconectar del ruidoso mundo externo y conectar con el espacio más íntimo: nuestro universo interior.